domingo, 3 de agosto de 2008

Cosas que pasan en las bellas noches de Lima

Hoy me quedé chambeando hasta tarde, pero no importa haré mi último esfuerzo porque tenía que postear algo que me pasó el fin de semana que fue entre raro y gracioso, o por lo menos a mi me pareció. Resulta que ayer (sábado) me fui al DownTown, era la primera vez que iba a esa discoteca llamada de “ambiente”, a la cual me llevaron unos amigos a los que conocí ese mismo día en un cumpleaños, todos muy chéveres. (Tengo que decir que no es la primera vez que voy a ese tipo de discotecas, ya fui a La Sede). Es una disco recontra alucinante donde la gente hace lo que quiere, se divierte sin prejuicios y el espectáculo es muy bueno. Resulta que yo estaba bailando en una de las zonas denominada “Pachanga”, cuando visualicé a un chico que estaba solo y tomando su aguita. Me dio una curiosidad enorme de saber por qué no se divertía como el resto, aunque claro cada sujeto se divierte como quiere y no tiene uno por qué estar de preguntona, aunque como soy periodista no pude con mi genio.

Entonces le hice el habla, ya que estaba prácticamente a mi costado. Le pregunté un poco de su vida, de dónde era, qué hacía, es decir todo lo que uno puede conversar. Entonces como yo ya no quería bailar más pachanga y gran parte de mis amigos habían desaparecido, le dije vamos a la zona electrónica. En eso que estábamos bailando, me dijo algo que no pensé escuchar de nadie en ninguna discoteca. Me dijo que tenía que tener cuidado porque uno no sabe con quién puede estar bailando. Yo le pregunté ¿qué eres malo?, y agregué: porque yo creo que nadie es muy bueno o muy malo en realidad.

Entonces me dijo: No soy malo, lo que pasa es que uno no sabe con quién puede estar bailando, con un heterosexual, un homosexual o un bisexual. Mi cara continuaba totalmente de asombro, y le dije: Pero en realidad a mi no me preocupa que orientación sexual tienes, ya que yo solo quiero bailar y no pretendo chapar contigo o nada por el estilo.
En realidad me sentí un poco marginada, porque me dio a entender que yo por ser heterosexual o mujer o no sé, debía tener más cuidado que el resto que estaba en esa discoteca, donde yo lo único que veía era gente y no orientaciones sexuales. O es que él se sintió corto de decirme que era gay o bisexual, y que prefería bailar con alguien de su sexo… lo cual me parecía tonto estando en una discoteca donde no debe haber prejuicios. Pudo hablar y decir: no quiero bailar gracias y listo.

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