domingo, 31 de agosto de 2008

Un desconocido en mi vida

Hoy volviste a escribir adorable desconocido, luego de muchas lunas en mi vida tú me mostraste un “tremendo sol” en mi ventana y justo cuando lo necesitaba. A veces uno se ve feliz, rodeado de tantos amigos que te quieren, pero la realidad es otra… quizás eso me pasó estos dos últimos días. Pero como siempre digo, son momentos que tienen que pasar. No te aburras nunca de escribir adorable desconocido, y cuándo estés listo pues me mostrarás quién eres y yo te diré quizás que el sol salió para los dos.
PD: La fiesta de despedida del jefe de ayer estuvo de la PM, con muchos amigos, mucha bebida y mucha comida... ah no me olvido de la orquesta que también puso su parte.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Cuando el jefe se va


Quizás digan que franelera pero no importa...les contaré que mañana comienza el inicio del fin de una era en mi trabajo, porque es la despedida de mi jefe, en realidad un tipazo que conocí no hace mucho, un año y algo más. Martín es singular, como los que no hay, una persona que es amigo, con la que se puede conversar y divertirte, sin ínfulas de superior, que cree en las personas, que acepta sus ideas y confía en sus capacidades, que es justo y que defiende a sus trabajadores. Es una lástima que se vaya, pero quizás, como dijo su carta de despedida, es hora de comenzar nuevos proyectos… algo que todos en algún momento sentimos, cuando la misión que desarrollamos comienza a llegar a su fin, es así es parte de crecer como persona y como profesional. Claro que me da mucha pena que nos deje, ya que si bien en estos últimos meses ya no lo vemos muchos, es evidente que dejará un gran vació que nadie llenará. Hasta luego jefe, muchas gracias por la paciencia y por el aprecio mostrado, y para culminar “que miedo” ya llega la sustituta…
PD: No se quejen, que todos salen bonitos... bueno casi todos... jajajajaj

martes, 26 de agosto de 2008

Un momento MasterCard


Han pasado 11 días desde el último post que colgué en este mi humilde blog, en realidad pensé en estos días de silencio, en escribir de muchas cosas como los acontecimientos de Las Olimpiadas, imágenes que pude disfrutar gracias al televisor que me acompaña diariamente en mi chamba y a la computadora que fielmente está conectada a Internet.

Saben… tener tanta información en mis manos me hace pensar que ser periodista es lo máximo, y como diría el comercial de MasterCard “Son esos pequeños momentos” en los que puedo decir que bueno que fui periodista. Pero no siempre la profesión es gratificante, incluso puede llegar a ser estresante y mal pagada… en realidad a un periodista le puede pasar muchas cosas y todo es parte del oficio. Sin embargo, para mí lo mejor de todo, es que en esta profesión y quizás en otras más, nunca se deja de aprender de la vida y de la maña, porque realmente hay cosas sorprendentes.

Esta semana y la que pasó pude enterarme, escribir, debatir, opinar y transmitir de muchas cosas interesantes, como lo sucedido con los nativos amazónicos y los decretos que el presidente García publicó en El Peruano sin consultarles, las muertes de Constantino Carvallo y de Doris Gibson (dos grandes personalidades), el nombre del primer adquirente de Iphone ¿?, el accidente en el aeropuerto de Barajas – España que dejó más de 100 muertos (los accidentes siempre son tristes, porque se supone que no deben suceder) y el último capítulo de “Para Quitarse el Sombrero” (propuesta como AprenDes me dicen que todavía se puede salvar la educación).

En realidad tengo acceso a mucha información relevante o irrelevante, claro que por mi trabajo actual me interesa más la de educación. Estar informada de todo un poco es necesario para mí, incluso los sábados y domingos (salvo que esté durmiendo y no quiero ni que mi hermana entre a mi cuarto ya que me despierto con facilidad).

miércoles, 13 de agosto de 2008

Quizás el día que sentí más miedo...

Desde hace más de un mes o quizás aún más tiempo, vengo pensando en escribir este post como una forma de expulsar quizás, ese terror que sentí hace casi un año atrás en mi vida. La fecha: 15 de agosto del 2007 y el miedo que sentí no fue precisamente por el terremoto en Ica, que remeció Lima y que terminó con la vida de más de 500 personas. La fecha es la misma, pero ese día no solo tembló el pavimento bajo mis pies sino también mi vida. No quiero hacer de este post un llanto, trataré de contar la historia lo más amenamente posible, aunque será difícil más no imposible.

Para comenzar tengo que decir que un día antes del episodio que les relataré, mi madre comenzó a sentir (bueno ya tenia el fastidio desde hace un tiempo) un dolor muy intenso en el pecho y los médicos que la vieron no le encontraban nada… sí médicos malditos (De la Maison de Sante) que estudian, al parecer, para matar gente, incluso dijeron que tenía “paranoia” o que era “hipocondríaca”, que tales pendejos digo ahora y dije entonces, debí denunciarlos por mala praxis, caraxo, … ya que mientras esos médicos, sí aquellos en que confiamos a nuestros seres queridos - claro no son todos -, señalaban que mi madre no tenía nada, ésta estaba teniendo un ataque cardiaco.

Como el dolor continuaba, la llevaron al día siguiente (15 de agosto) a un cardiólogo, amigo de la familia, que la examinó y la internó de inmediato, ya que había tenido un infarto, felizmente leve. Como a las una de tarde aproximadamente llame a la casa y me informan que mi mamá estaba hospitalizada… salí disparada de mi trabajo y solo atiné a llamar a mi hermana, con quien me encontré media hora después, y juntas nos fuimos al hospital Carrión (asuuuuuu, lejos) donde estaba internada, ya que el cardiólogo trabajaba en ese lugar, y según lo que me dijeron “cuidados intensivos” es lo mejor en ese hospital.

Bueno al llegar, pregunté por mi mamá, me dijeron que estaba descansando y que era imposible verla (no contaré por qué no me dejaron verla, pero el motivo me fastidió mucho, quizás en otro post lo diga aunque considero que no vale la pena)… Pasaron así los segundos, minutos y horas, hasta que me pidieron ir a comprar las medicinas que necesitaba mi madre, que eran un montón y muy caras porque en este país enfermarse vale un culo. En ese momento pensé: si no tienes plata pues te mueres simplemente.

Entonces estando en la farmacia procedí a pedirle a la joven de la caja las medicinas. En eso, como un designio divino o un castigo quizás, comenzó a moverse el suelo que pisaba. Yo traté de mantenerme tranquila y serenar a la joven vendedora, pero el movimiento se hacía más fuerte, mientras los potes y medicamentos que estaban a la vista caían y rodaban por el piso. De pronto veo a la chica saltar el mostrador con una cara de aterrada única, a lo que yo atiné a seguirla, mientras el movimiento iba en crecida.

Al llegar a la calle, pude ver gente arrodillada, gente suplicando, gente corriendo, gente paralizada y personas que sin conocerse se abrazaban a otras (yo fui una de ellas), quizás (esta mujer) vio mi cara de miedo y solo atinó a brindarme un apoyo, mientras yo gritaba mi mamá esta en ese hospital, cuyas luces comenzaban a apagarse piso por piso y las lunas temblaban sin cesar, al unísono lo hacían los postes y las ventanas a mi espalda.

En ese momento, quise correr pero las piernas no me respondían, era miedo al movimiento y a lo que podía encontrar. El temblor fuerte continuó luego de una pequeña baja en su intensidad, que culminó con estallidos de luces en el cielo que asemejaban, sin exagerar, el comienzo del fin.

Luego del movimiento, comencé a caminar hacia el hospital mientras el miedo de encontrar sin vida a mi ser querido me invadía, mientras tanto, los pensamientos eran terribles y muy tristes. El hospital estaba en tinieblas, y mientras yo subía los pacientes bajaban, y una mujer (paciente también) lloraba en una esquina, triste panorama pensé.

Comencé a subir las viejas escaleras del hospital, cinco pisos me tuve que “comer” mientras mi corazón ya no daba más, por los feos pensamientos que me invadían hasta que por fin llegué.. y encontré a las enfermeras más pálidas que yo, y que se abrazaban entre ellas. Les pregunté con miedo ¿mi mamá?, y una de ellas, que me habrá visto mi cara de sufrimiento, me indicó tranquila, está bien. Quiero verla, le indiqué, inmediatamente después estaba al lado de su cama con una bata blanca.

¡Ella estaba bien! y yo también lo estaría… pero eso día sí que sentí miedo, creo que nunca sentí tanto miedo en mi vida, o por lo menos es uno de los días en que sentí terror en realidad….

miércoles, 6 de agosto de 2008

El primer paso siempre es el más dificil


Me sentí bien, pero contrariada. Hoy di el primer paso de algo que tenía pendiente hace miles de años, que tiene que ver con los estudios, lo cual, aunque a muchos no les parezca, es importante y debe ser en este momento mi prioridad. No terminar ese asunto no me trajo problemas en el presente y en el pasado, pero no debo esperar que eso suceda. Por eso voy a ser perseverante y culminar eso de una buena vez… mucho tiempo relegado, mucho tiempo perdido en otras ideas buenas o malas, mucho tiempo sacando la vuelta y no apuntando a las prioridades.

lunes, 4 de agosto de 2008

Todo lo que sea necesario para ser feliz

La gente tiene que decir lo que piensa y lo que siente, eso es importante y lo estoy aprendiendo poco a poco. Todavía me es difícil sobre todo cuando se trata de cuestiones del sentimiento, es más todavía no aprendo en ese aspecto y por ello, quizás por mi cobardía o algunos prejuicios mongos, dejé o dejo pasar alguna oportunidad de hacer lo que quiero y ser feliz.

Recuerdo aún un episodio de mi vida en que estaba tan enamorada que solo veía por los ojos de él, pero se terminó y lo dejé pasar callada sin pedir una sola explicación del por qué, según él, todavía amándome me dejaba con el corazón roto. Este episodio de mi vida ya fue sanado y ya no necesito ninguna explicación, pero como lo necesité en su momento y como sufrí, lloré y como me dolió.

Ahora, también es un poco complicado eso de decir y hacer lo que uno quiere o piensa, porque existe, o por lo menos a veces lo tengo, el temor de lastimar o que te lastimen. Complicadito, pero rico a la vez…

domingo, 3 de agosto de 2008

Cosas que pasan en las bellas noches de Lima

Hoy me quedé chambeando hasta tarde, pero no importa haré mi último esfuerzo porque tenía que postear algo que me pasó el fin de semana que fue entre raro y gracioso, o por lo menos a mi me pareció. Resulta que ayer (sábado) me fui al DownTown, era la primera vez que iba a esa discoteca llamada de “ambiente”, a la cual me llevaron unos amigos a los que conocí ese mismo día en un cumpleaños, todos muy chéveres. (Tengo que decir que no es la primera vez que voy a ese tipo de discotecas, ya fui a La Sede). Es una disco recontra alucinante donde la gente hace lo que quiere, se divierte sin prejuicios y el espectáculo es muy bueno. Resulta que yo estaba bailando en una de las zonas denominada “Pachanga”, cuando visualicé a un chico que estaba solo y tomando su aguita. Me dio una curiosidad enorme de saber por qué no se divertía como el resto, aunque claro cada sujeto se divierte como quiere y no tiene uno por qué estar de preguntona, aunque como soy periodista no pude con mi genio.

Entonces le hice el habla, ya que estaba prácticamente a mi costado. Le pregunté un poco de su vida, de dónde era, qué hacía, es decir todo lo que uno puede conversar. Entonces como yo ya no quería bailar más pachanga y gran parte de mis amigos habían desaparecido, le dije vamos a la zona electrónica. En eso que estábamos bailando, me dijo algo que no pensé escuchar de nadie en ninguna discoteca. Me dijo que tenía que tener cuidado porque uno no sabe con quién puede estar bailando. Yo le pregunté ¿qué eres malo?, y agregué: porque yo creo que nadie es muy bueno o muy malo en realidad.

Entonces me dijo: No soy malo, lo que pasa es que uno no sabe con quién puede estar bailando, con un heterosexual, un homosexual o un bisexual. Mi cara continuaba totalmente de asombro, y le dije: Pero en realidad a mi no me preocupa que orientación sexual tienes, ya que yo solo quiero bailar y no pretendo chapar contigo o nada por el estilo.
En realidad me sentí un poco marginada, porque me dio a entender que yo por ser heterosexual o mujer o no sé, debía tener más cuidado que el resto que estaba en esa discoteca, donde yo lo único que veía era gente y no orientaciones sexuales. O es que él se sintió corto de decirme que era gay o bisexual, y que prefería bailar con alguien de su sexo… lo cual me parecía tonto estando en una discoteca donde no debe haber prejuicios. Pudo hablar y decir: no quiero bailar gracias y listo.