Desde ahora trataré de recordar en mis interminables noches de invierno y verano que el Pisco Sour, si el trago que más me gusta, es un veneno para mi lucidez… Trataré de recordar que no lo debo ni mirar, aunque eso me haga sentir un poco aburrida, ya que uno de los tragos cortos que más me gusta, aparte del Macchu Picchu una delicia de colores que me atrae de sobremanera.
He vivido muchas lindas y atrevidas aventuras con el Pisco Sour, noches enteras juergueando, departiendo, riendo, queriendo y abrazando. Sin embargo, ese fin de semana que se realizó el festival del Pisco en el Jockey Plaza fue too much ya que esa exótica bebida que me servían en una copa que desconozco donde quedó, combinada con el vino ingerido horas antes en una reunión amical, me hizo borrar el cassette, lo cual es realmente horrible y desesperante… porque obvio no te acuerdas de lo que hiciste.
Solo me quedó, con mucha pena, recurrir a los amigos que estuvieron conmigo esa noche para preguntarles que caraxo pasó y si mis acciones eran merecedoras de un “te lo dije, no debes combinar tragos”… ya que a veces tengo la idea absurda que a mí no me pasa nada y que los borrachos son otros.
Las historias sobre esa Marjorie, comenzaron aflorar desde el domingo muy de noche. Comenzó con la llamada de una amiga quien me contó que en medio de mi posesión demoníaca traté de asaltar a la tía de las galletas, las cuales luego engullí aprisa.
Luego vendría la historia, muchas de seguro ciertas, de que me gilie a alguien, de que conversé sobre U2 con un chico mientras al parecer pretendía ahorcarlo, de que comencé a bailar y un señor de seguridad me dijo que me retirara, de que se me perdió la cartera que luego gentilmente los policías me devolvieron y yo comencé a besarlos en el cachete en señal de agradecimiento. Que me perdí en medio del gentío y conversé con un chico, que era de Colombia, Venezolano, qué se yo; y muchas cosas más que prefiero no acordarme. Realmente una amena y curiosa experiencia que espero no repetir, ya que no me gusta olvidarme de lo que hago, eso es realmente feo.
He vivido muchas lindas y atrevidas aventuras con el Pisco Sour, noches enteras juergueando, departiendo, riendo, queriendo y abrazando. Sin embargo, ese fin de semana que se realizó el festival del Pisco en el Jockey Plaza fue too much ya que esa exótica bebida que me servían en una copa que desconozco donde quedó, combinada con el vino ingerido horas antes en una reunión amical, me hizo borrar el cassette, lo cual es realmente horrible y desesperante… porque obvio no te acuerdas de lo que hiciste.
Solo me quedó, con mucha pena, recurrir a los amigos que estuvieron conmigo esa noche para preguntarles que caraxo pasó y si mis acciones eran merecedoras de un “te lo dije, no debes combinar tragos”… ya que a veces tengo la idea absurda que a mí no me pasa nada y que los borrachos son otros.
Las historias sobre esa Marjorie, comenzaron aflorar desde el domingo muy de noche. Comenzó con la llamada de una amiga quien me contó que en medio de mi posesión demoníaca traté de asaltar a la tía de las galletas, las cuales luego engullí aprisa.
Luego vendría la historia, muchas de seguro ciertas, de que me gilie a alguien, de que conversé sobre U2 con un chico mientras al parecer pretendía ahorcarlo, de que comencé a bailar y un señor de seguridad me dijo que me retirara, de que se me perdió la cartera que luego gentilmente los policías me devolvieron y yo comencé a besarlos en el cachete en señal de agradecimiento. Que me perdí en medio del gentío y conversé con un chico, que era de Colombia, Venezolano, qué se yo; y muchas cosas más que prefiero no acordarme. Realmente una amena y curiosa experiencia que espero no repetir, ya que no me gusta olvidarme de lo que hago, eso es realmente feo.
2 comentarios:
Hola
Si pues fue too much, aunque yo en cambio no borré cassette me acuerdo de todito...
besos
Si pues too much, agradezco tu sutileza y tu honestidad... espero que todo siga bien..
besos también
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